Diferencias entre las salsas de soja
La salsa de soja japonesa, como la Salsa de Soja naturalmente fermentada de Kikkoman, presenta un color pardo transparente y un agradable olor a especias, casi como el del buqué de un vino. El sabor es rico, pleno, aromático y armónico. La salsa es de una cualidad ligeramente burbujeante y dispone de un don especial: subraya el sabor característico del pescado, la verdura y otros alimentos sin camuflarlo. Este es el motivo de que la salsa de soja japonesa se considere un condimento de gran valor, puesto que refuerza el sabor.
Los requisitos para la producción de la salsa de soja japonesa son muy estrictos. Al igual que en el caso de la Salsa de Soja naturalmente fermentada de Kikkoman, la lista de ingredientes se limita a cuatro elementos puros: soja, trigo, agua y sal. Se fermenta de un modo absolutamente natural y sin añadir conservantes, colorantes artificiales ni potenciadores del sabor.
Salsa de soja china clara y oscura
De forma general, la salsa de soja china presenta un menor contenido de trigo que la japonesa o prescinde por completo de este valioso cereal, y la diferencia se nota, porque el sabor es totalmente distinto. Del mismo modo, la proporción de sal en la salsa de soja china suele ser considerablemente superior. Al echar un vistazo a la lista de ingredientes, enseguida resulta obvio que a las salsas de soja china se les suelen añadir potenciadores del sabor, acidulantes y conservantes. Además, están disponibles en las variedades tanto clara como oscura. La salsa de soja china clara es muy fluida y resulta algo salada al paladar. Por el contrario, la salsa de soja china oscura es más bien espesa y presenta olor a malta. La razón de ello es que se le añade azúcar o colorante caramelo para el color y la consistencia.
Salsa de soja producida químicamente
En Japón, país de origen de Kikkoman, es un tabú, mientras que en Europa puede encontrarse sin problemas en los estantes de los supermercados: nos referimos a la salsa de soja producida químicamente. En la mayoría de los casos, no se elabora a partir de habas de soja sino de extracto de soja. Su lista de ingredientes es larguísima. El sabor y el aroma no se producen de forma natural, sino a través de un proceso químico y de la incorporación, p. ej., de jarabe de maíz, jarabe de glucosa, melaza y colorantes. Eso explica su consistencia similar a la de un jarabe. Con frecuencia, las salsas de soja producidas químicamente presentan un olor muy intenso. Bastan un par de gotas para que cualquier alimento resulte incomestible.